Sanar no es ignorar el pasado, sino transformarlo. La mentoría está pensada para brindar un espacio seguro, con herramientas espirituales, emocionales y prácticas, donde puedan abordar esos temas con madurez y acompañamiento. Muchas parejas descubren que, al sanar, pueden amarse de nuevo desde un lugar más libre y fuerte.